Tras los últimos atentados en Alepo, Siria, el Hermano Marista Georges Sabé nos cuenta la situación que vive la población.
«La situación en Alepo es muy dramática. Los medios occidentales están hablando de la destrucción de un hospital pero no cuentan nada de la realidad de la otra mitad de Alepo.
Es un infierno. Ayer tuvimos que pasar una hora en el corredor de la comunidad para protegernos de los morteros que caían en los alredores. Tuvimos con todo eso la valentía de distribuir a 400 familias el cesto alimentario mensual. La gente tiene miedo. Y te puede confesar que por primera vez siento que el horror… la sangre…. el odio… la destrucción… la muerte… no forman únicamente parte de nuestro cotidiano sino son aquí instalados. Siento que todo puede ocurrir en cualquier momento. Siento que el odio reina propulsando con sus bombas el terror… Siento que las preguntas del porqué no valen la pena… la fuerzas del mal han decidido de instalar en corazón de cada uno de los habitantes de Alepo un miedo inolvidable.
Siento que no es la hora de quejarse… tanto dolor nos urge a salir de nuestro miedo para servir un pueblo olvidado y resignado a su destino…
Siento que ser marista en este momento es denunciar una falsa información… es ser muy cercano a cada persona… es abrir grandes las puertas de la comunidad…es estar disponible a la acogida a pesar de los riesgos… es entretener un ámbito de oración que da esperanza…es decir estoy aquí podéis contar conmigo y con nosotros… es decir a Jesús y María, con vosotros puedo contar… ser marista es una urgencia… salir en una calle vacía para correr… conducir una persona a su casa… acercarse a una familia que ha perdido a su joven… es ser solidarios de los heridos de la guerra curándoles gratuitamente… ser una presencia que sostiene…
Ser marista es una comunidad de maristas hombres y mujeres… jóvenes y adultos… capaces de sembrar una esperanza tan difícil a esperar…
Gracias por tu fraternidad… con mucho dolor no. Podría encontrarte pero que sepas que tu apoyo y el de Emili nuestro hermano y el de los maristas de la provincia y del mundo es un gran alivio para nosotros».