Los últimos meses han sido duros para el conjunto de la sociedad, especialmente por la llegada de la tercera ola de la pandemia, así como por las situaciones climatológicas adversas que han enfrentado algunas zonas del territorio nacional. La nevada histórica y posterior ola de frío en Madrid, ha complicado la situación de muchas personas y especialmente de los colectivos más vulnerables. La Cañada Real ha sido una de las zonas de la capital donde más personas se han visto afectadas, entre ellas una gran cantidad de menores, que la Plataforma de la Infancia y las entidades que la conforman, incluida SED, exigen proteger.
Según la propia Plataforma, más de 1800 niños y niñas se están viendo afectados por el corte del suministro eléctrico en la Cañada Real. Aseguran que en las últimas semanas se han producido casos de intoxicaciones ante la necesidad de utilizar formas alternativas para calentarse y se han dado síntomas de congelación en bebés. Una situación que vulnera claramente varios de los derechos fundamentales recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, como son el interés superior del niño, el derecho al desarrollo y la supervivencia, el derecho a la salud, a disfrutar de un nivel de vida adecuado, el derecho a la educación o el derecho al juego.
La Organización Mundial de la Salud incide en que el acceso al suministro eléctrico es un elemento esencial para una vivienda digna y un requisito previo para una buena salud. Y es que la posible existencia de actividades delictivas en la zona «no puede suponer, en ningún caso, un menoscabo de los derechos de los niños y las niñas, ni su culpabilización».
Por todo esto, la Plataforma de la Infancia ha elaborado un manifiesto para hacer llegar al Ayuntamiento de Madrid y al Gobierno central la exigencia por parte de todas las organizaciones firmantes en cuanto a la protección de las personas y los menores que residen en el asentamiento. Se exige acabar con la situación actual de vulneración de derechos y actuar de inmediato para acabar con esta emergencia humanitaria. La ONGD SED se ha sumado a esta reclamación.