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Triste aniversario Maristas Alepo

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Brutal testimonio de fe y Esperanza en mitad de los bombardeos

(Maristas Azules. Martes 3 de marzo).- Cuando estaba abriendo el ordenador para escribiros esta carta, ha sonado el teléfono para advertirme que una lluvia de morteros estaba cayendo en Azizé, un barrio céntrico de Alepo, cerca de la Catedral Latina, a la hora de la salida de la misa de las 5 de la tarde.

Unos minutos más tarde me informaron desde el Hospital San Luis que varios heridos graves habían sido llevados allí y que había varios muertos, entre los cuales una chica de 19 años, Sima K.

Por desgracia esto es lo cotidiano para nosotros, especialmente desde hace unos 20 días, cuando los grupos armados rebeldes se han encarnizado contra nuestros barrios, causando cada día varias muertos y heridos por tiros de mortero, por bombonas de gas llenas de explosivos y clavos, y por los francotiradores (una de las últimas víctimas de francotiradores ha sido Nour A., de 25 años, jefe de las guías scout, campeona de baloncesto). Víctimas inocentes de la violencia ciega. Nuestro hospital está lleno de heridos curados gratuitamente en el marco de nuestro programa «Civiles heridos de Guerra»

Triste aniversario. Dentro de unos días comenzaremos nuestro 5º año de guerra en Siria, ya que todo comenzó en marzo de 2011. Nadie en Siria había imaginado que los acontecimientos tomarían este cariz; nadie en Siria quería esta guerra, ni los más críticos con el régimen; nadie en Siria (digo bien en Siria) quería la destrucción del país, la muerte de 250.000 personas (sin olvidar las centenas de miles de personas heridas y/o amputadas, el éxodo de millones de refugiados y el sufrimiento de 8 millones de desplazados).

Triste aniversario. Los sirios sufren al ver el nombre de su país asociado al terrorismo internacional, al saber que 30.000 personas de 80 nacionalidades han venido a hacer la Djihad en Siria, como si la Djihad formara parte de la tradición de Siria, como si Siria fuera un país de islamistas extremistas, cuando ella era el ejemplo de la tolerancia y del vivir juntos; los sirios, musulmanes o cristianos, se consideraban ante todo sirios, antes de reivindicar su pertenencia religiosa.

Triste aniversario. Los sirios tienen miedo de Daesch, esa monstruosidad que quiere establecer un estado islamista que no tiene nada que ver con el verdadero Islam, que se ha «entrenado» matando a miles de sirios mucho antes de degollar a los rehenes americanos, británicos y japoneses.

Triste aniversario. Los cristianos de Siria están conmocionados por los ataques sistemáticos de Daech contra los cristianos caldeos de Mosul, por el asesinato salvaje de los cristianos coptos egipcios en Libia y muy recientemente por el rapto de los cristianos asirios de la provincia de Hassaké en Siria. ¿A quién le toca ahora? Los cristianos sirios están angustiados… Tenemos miedo…

Triste aniversario. Seguimos como siempre con escasez de todo: de gasoil, de gasolina, de electricidad, de agua, de medicinas y de muchos productos de primera necesidad. Los alepinos tienen frío, con un invierno muy duro este año, sin otros medios de calefacción que las mantas. Seguimos con falta de agua, que viene solo cada seis días.
Triste aniversario. El coste de la vida ha aumentado de modo vertiginoso, los precios de los productos se han multiplicado por 5 o por 10 respecto al precio de antes de la guerra. La gente se ha empobrecido… el paro es espantoso. Según las agencias de la ONU, el 70% de la población siria vive por debajo del umbral de la pobreza.

Triste aniversario. Los sirios están desesperados. No ven salida a la crisis. Abandonan el país definitivamente sin esperanzas de retorno. Siria, y especialmente Alepo, se está despoblando de cristianos. Tenemos miedo de terminar como los cristianos de Mosul… o los de los pueblos de Hassaké… o de morir estúpidamente por la metralla de un obús o por un tiro de francotirador.

Triste aniversario. Los sirios están, como mínimo, decepcionados por la actitud de los gobiernos occidentales y de la comunidad internacional, esos bomberos pirómanos que no intentan apagar el incendio, que ellos han animado y financiado en nuestro país, más que por declaraciones televisadas, sin tener el valor de iniciar una solución política que no sea conforme a sus intereses egoístas. Estamos indignados por todos esos medios de comunicación que sólo muestran o hablan de los sufrimientos de las 300.000 personas que viven en los barrios de Alepo bajo control de los grupos armados rebeldes, olvidando a los dos millones de personas que viven en la parte bajo control del estado sirio y que sufren tanto o más que los otros.

¿Ante estos dramas, estas decepciones, estos sufrimientos, estas revueltas, estas angustias, este miedo, estas desesperaciones, qué podemos hacer?
¿Hay algo que hacer?… ¿Quedarse por qué?… ¿Quedarse para hacer qué?…
¿Somos héroes o idiotas?… ¿Hay todavía esperanzas de un retorno a la vida normal?… ¿A una retorno de la paz?

Quienes nos dan lecciones de valor y motivos para la esperanza son los alepinos que se han quedado aquí. Cuando los vemos hacer todo tipo de trabajos para sobrevivir, enviar a sus hijos a la escuela o a la universidad a pesar de la inseguridad, salir todas las mañanas de sus casas sin ninguna garantía de no recibir una bala de un francotirador en la calle, quedarse en casa sabiendo que el próximo tiro de mortero puede caer en su edificio, vivir día a día sin contar más que con ellos mismos y… con Dios; sí, cuando vemos su valor y su resiliencia, silenciamos nuestras preguntas sin respuestas, aguantamos y continuamos.

De esta manera nosotros, Maristas Azules, continuamos con nuestros distintos programas y proyectos.
El proyecto «Maristas Azules por el realojo de desplazados» sigue su camino in crescendo. Hemos podido ya alojar a 57 familias de desplazados; y si no hemos podido hacer más es únicamente por la falta de medios.

Las distintas cestas de alimentos mensuales se siguen distribuyendo con una gran generosidad (estas cestas contienen también, aparte de los productos de primera necesidad como azúcar, arroz, queso, mermelada, lentejas, aceite, etc., huevos, carne, pollo y leche en polvo para los niños; en total, hay 22 productos en una cesta); la «Cesta de la montaña» para las familias cristianas desplazadas de Djabal Al Saydé, la «Cesta de los Maristas Azules» para las familias musulmanas desplazadas, y la «Cesta de la Oreja de Dios» para las familias que viven en gran precariedad sin estar desplazados. Además de los alimentos, damos a todas estas familias ropa, colchones, mantas y útiles de cocina, etc. Dentro de poco vamos a distribuir zapatos para todos los niños. Todos los días, a mediodía, distribuimos una comida caliente a 550 personas.

El programa «Civiles Heridos de Guerra» continua su misión atendiendo gratuitamente, en el mejor Hospital de Alepo, a los civiles heridos por balas o por morteros; esto se hace gracias a la generosidad y al voluntariado de los mejores médicos y cirujanos de la ciudad y a la entrega de las Hermanas de San José de la Aparición. Hemos tratado, en 2 años, centenares de casos y salvado la vida de decenas de heridos. Por desgracia en estos últimos tiempos no tenemos tiempo de estar en paro, hay muchos civiles alcanzados por los morteros que caen de modo aleatorio.
Por supuesto seguimos atendiendo a los niños y a los jóvenes, que son para nosotros la gran prioridad.

Los dos proyectos «Aprender a Crecer» y «Yo quiero Aprender» se ocupan respectivamente, a diario, de más de 150 niños en edad preescolar o escolar (pero que no van a la escuela por diversas razones).
«Skill School» para los/las adolescentes y «Tawassol» para las jóvenes madres, han reiniciado tras la pausa de Navidad.

Nuestro centro de formación, «le MIT», no para. Estamos sumergidos por las peticiones de participación en los workshops que organizamos 2 veces al mes, para 20 jóvenes adultos, durante tres días. Los últimos workshops trataban de la «gestión del tiempo», «cómo redactar un informe», «la creatividad» y «la contabilidad con un programa informático». Las conferencias mensuales son también muy apreciadas.
«Oasis», nuestro centro de formación espiritual para jóvenes cristianos, organiza desde hace varios meses seminarios – retiros para los jóvenes que desean y va ampliándose cada vez más.

El viernes 27 de febrero hemos organizado un día de formación para los 70 voluntarios de los Maristas Azules. En él hemos abordado el tema del año de los maristas del mundo entero: «ser sensibles a la miseria de los más desfavorecidos» como lo fue San Marcelino con un joven moribundo analfabeto, lo que le condujo a la fundar la congregación de los Hermanos Maristas. Nuestros voluntarios son formidables, sensibles a los otros, entregados, respetuosos de la dignidad de los otros y viviendo la solidaridad de modo evangélico.

Lo que nos consuela a los Marista Azules es esta red de miles de amigos que tenemos en el mundo, los centenares de mensajes de amistad y de solidaridad que nos llegan cada mes de los cinco continentes.

Queridos amigos, vuestra amistad es preciosa para nosotros, vuestra solidaridad nos reconforta, vuestros dones nos financian, vuestro aliento nos permite ir a delante y vuestras oraciones nos tocan el corazón.

Hace un siglo, en 1915, se ejecutó un genocidio contra los armenios y los asirios a manos de los otomanos. Un sacerdote dominico, Jacques Rhetoré, un gran sabio, fue testigo de él y escribió su testimonio en un libro titulado « les Chrétiens aux bêtes » (Los cristianos a las fieras). Por desgracia los cristianos en nuestros países son presa de los salvajes. Ojalá no seamos nosotros los testigos o las víctimas de un eventual segundo tomo de este libro.

A pesar de todo y contra todo, si bien hemos perdido esperanza, mantenemos intacta nuestra Esperanza, sin la cual nuestra fe no tendría sentido.

Os dejamos con el vídeo de unas semanas en el cual recogíamos su mensaje:

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